15 julio 2010

Pichardo ve integración como instrumento idóneo para el desarrollo

Manolo Pichardo, diputado al Parlamento Centroamericano, PARLACEN, estimó que la integración económica es un instrumento idóneo para que países de mercados pequeños como el nuestro avancen hacia el desarrollo.

A juicio de Pichardo naciones que recurrieron a este instrumento como vía para el alcanzar el desarrollo, lo han logrado, sin embargo advirtió que esta es una herramienta que no garantiza el éxito por el hecho de asumirla, sino que en ella se encuentra una oportunidad para hacer frente a los desafíos de una economía global que deja en el desamparo a economías frágiles y pequeñas que se mantienen aisladas.

El Parlamentario, al responder preguntas de estudiantes de la Universidad Pedro Henríquez Ureña en la que dictó la conferencia “Los parlamentos regionales en los procesos de integración”, manifestó también que el nuevo orden económico mundial en el que emergen naciones que no han pertenecido a las potencias industrializadas tradicionales, lo crearon las propias potencias al articular toda una estructura ideológica, económica y comercial que procuraba convertir al mundo en un gran mercado a su servicio, pero que se revirtió y dio oportunidades a los emergentes.

Puso como ejemplo a China “apetecida por sus 1300 millones de potenciales consumidores que se van convirtiendo en productores de riqueza que inundan los mercados de los tradicionales países industrializado espacialmente de los Estados Unidos, con el que tiene un enorme superávit comercial que se acrecienta cada vez más”.

Pichardo puso como ejemplo lo que definió como el efecto búmeran, en el que China proyectada como consumidor, haya desplazado a Alemania del tercer puestos de países industrializados, amenace a Japón con sustituirlo de segundo lugar y a los propios Estados Unidos del primero en los próximo 30 a 40 años. “El pasado año China vendió 13,64 millones de autos contra 10,43 vendidos por el país americano y el BRIC, un bloque constituido por naciones emergentes, salvo Rusia, se convierten en actores de primera línea en el nuevo orden económico mundial”.

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