Alocución del Presidente del Parlamentro Centroamericano, PARLACEN, Lic. Manolo Pichardo, ante la Reunión Interparlamentaria de las Américas: La Visión Parlamentaria Frente a la Cumbre de las Américas. Cartagena de Indias, Colombia, miércoles 11 de abril 2012CENTROAMERICA Y REPÚBLICA DOMINICANA MIRANDO AL SUR
Los intentos por ver una integración centroamericana se remontan a 1824, escaso tiempo después de alcanzada la independencia política en la región, con la Constitución de la República Federal C
entroamericana, disuelta en 1848. En la época moderna, fue pionera en cuanto a procesos de integración al constituir el Mercado Común Centroamericano en la década de los sesenta.
A partir del decenio iniciado en 1980, el proceso de integración sufrió un revés, y la región se vio inmersa en conflictos internos, los que unidos a la crisis internacional, hicieron de dicha época la “década perdida”, no solo para Centroamérica, sino para toda América Latina.
Latinoamérica recorre hoy los difíciles caminos de la construcción democrática, después de un ciclo de dictaduras y de guerras revolucionarias. Sin duda, esto debe considerarse como una primera gran tendencia, en una región vasta y compleja, con una amplia diversidad de situaciones en cada país y región. Pero esta nueva y aún frágil democracia se encuentra ante grandes desafíos.
En la América Latina de hoy, el problema que contribuye al distanciamiento entre la institucionalidad y el poder, por un lado, y la sociedad civil, por el otro, son las políticas de ajuste y reestructuración adoptadas, en momentos distintos, aunque en todos los países, para adecuarse a la globalización económica-financiera del libre mercado. El hecho de que la globalización haya sido tan depredadora, revela la propia fragilidad de la institucionalidad y del poder estatal democrático conquistado.
Los límites y amenazas que ha experimentado América Latina como el resto del mundo, se presentan por el modo en que se ha venido estructurando la globalización. Pues desde ésta, con su esencia neoliberal, emanaron las políticas de desmantelamiento del Estado, de flexibilización de derechos laborales, de autonomización de instancias de decisión fundamentales como los Bancos Centrales; de prioridad del derecho financiero y comercial respecto de los derechos humanos y ciudadanía.
Sin duda, ésta es la fuente principal de la crisis política en nuestras democracias. Crisis que revela la incompatibilidad entre la democracia y el tipo de globalización dominante.
En cuanto a la economía puramente dicha, la crisis de la burbuja inmobiliaria y la especulación financiera aparecida desde 2007 en Estados Unidos, se extendió a la Unión Europea. Ahora, ha penetrado a todos los países; es ya una crisis mundial. También es crisis alimentaria, petrolera, industrial, comercial, laboral y ecológica. En realidad es la crisis sistémica del capitalismo neoliberal que asola a la humanidad, y que está basada en la crisis de valores éticos.
Para acumular más beneficios, los poderosos mercados financieros redujeron las inversiones en la economía real y productiva, y las aumentaron en valores especulativos de riesgo (acciones, créditos, bonos, compra-venta de empresas, seguros, fondos de inversiones, fondos de pensiones, comercialización de monedas y otros).
Actualmente la proporción entre producción de mercancías y negocios especulativos es aproximadamente de uno a diez, y hasta puede que sea más la diferencia. Los beneficios que se obtienen en la economía especulativa son mucho más grandes y más rápidos que en la economía productiva. Ello aumenta la inversión en la especulación y disminuye en la producción.
Todo esto tuvo sus consecuencias, la falta de liquidez de los bancos y financieras, suben las hipotecas, muchísimas viviendas impagadas y vacías, suspensión de pagos de algunos bancos y multinacionales. Hay que contar, al menos, unas 20 multinacionales más en crisis o quebradas en Estados Unidos y otras tantas en Europa. A ello hay que añadir la quiebra de innumerables pequeños negocios. En Estados Unidos, toda la red financiera ha colapsado, cajas de ahorro, banca comercial, banca de inversiones y hasta los bancos centrales junto con los sistemas de regulación, compañías de seguros, agencias de calificación de riesgos y auditorías contables. Morosidad de millones de pequeños deudores con la pérdida de sus viviendas y falta de liquidez en muchos bancos. Ya no se podía seguir especulando. Se acabó el crédito tanto para los particulares como para las empresas.
En cuanto a los mercados financieros la concentración es todavía mayor y más peligrosa para la población mundial, pues tienen poder de “usar y tirar” a los gobiernos elegidos por los pueblos, promover golpes de Estado, provocar guerras, ampliar las hambrunas, acabar con “estados de bienestar” y controlar naciones. El mundo está dominado por el totalitarismo de los mercados (que permanecen ocultos para el gran público). La crisis económica mundial es real, pero está siendo usada por los poderes financieros que la han provocado para acumular más ganancias.
Si no reactivamos la economía nunca saldremos de la crisis. Al reducir la capacidad de consumo de los ciudadanos para beneficio de las entidades financieras, la crisis aumentará tanto en los países desarrollados como los subdesarrollados.
En Europa, estamos asistiendo a las viles maniobras de las agencias de calificación con las primas de riesgo y los intereses de la deuda a conveniencia de los mercados. Grecia está saqueada y colonizada, a Irlanda y Portugal las han intervenido, para Italia y España las amenazas no cesan. Si eso ocurre con países de la Unión Europea, ¿quién salvará de los estragos depredadores financieros a los atrasados y débiles países de América Latina y África, pero en particular, las débiles economías de Centroamérica y el Caribe?
Estamos inmersos en una compleja situación mundial, porque más que ofrecer soluciones, se trata de indicar algunas pautas para el diálogo que nos ayuden a establecer medidas solidarias para salir de esta coyuntura y que América Latina se logre blindar a largo plazo de esta crisis financiera mundial, para lo cual, es imperativo adoptar algunas medidas inmediatas:
Abandonar el casino financiero basado en el excesivo endeudamiento y en el mercado especulativo del “papel”, dando prioridad a la economía productiva.
Garantizar el bienestar de las clases trabajadoras a nivel mundial y estatal; manteniendo los servicios públicos controlados por las organizaciones del pueblo e invirtiendo sus reservas en obras sociales y productivas no especulativas.
Implementar una alianza público-privada para la explotación racional de nuestros recursos estratégicos, con el control de gobiernos, sindicatos y organizaciones de los pueblos; estableciendo una tasa en las transacciones financieras, progresividad en los impuestos evitando su evasión y aboliendo los paraísos fiscales.
Realizar las reformas necesarias en las ramas de producción y servicios que son fundamentales (agraria, productiva, educativa, etc.), para beneficiar al interés general.
Abandonar la democracia fallida donde nuestras autoridades elegidas están al servicio de la dictadura de los mercados no votados. Levantando una democracia popular y participativa para que nuestros dirigentes controlen a las multinacionales financieras y productivas, encarcelando a los corruptos y especuladores.
Fomentar la cooperación entre Centroamérica, República Dominicana y América del Sur.
Promover un crecimiento económico sostenido y la provisión de trabajos dignos
Impulsar la justicia social y económica
Fomentar políticas de inclusión social por medio de la transversalización de la participación efectiva de jóvenes, sociedad civil, género
Garantizar la igualdad, el respeto y la consideración mutua entre los Estados en el sistema global
Promover la cooperación económica
Facilitar la distribución de los beneficios derivados de bienes y servicios, así como la generación de conocimientos con el fin de lograr las metas del milenio
Los derechos humanos y el desarrollo humano comparten una visión común y un propósito común: asegurar la libertad, el bienestar y la dignidad de todas las personas en todos lados, ya que la democracia es y admite ser un horizonte abierto, en el que se juegan incesantemente las luchas por la definición y redefinición de derechos y obligaciones.
El fortalecimiento de las democracias y el Estado de Derecho en nuestra región.
En cuanto a la ausencia de nuestros hermanos de la República de Cuba en esta VI Cumbre de las Américas, de hecho, hace buen rato y de forma creciente, diversos gobiernos latinoamericanos han expresado su inconformidad con esa forzada ausencia, y precisamente el día de ayer, la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff volvió a defender el fin del bloqueo estadunidense a Cuba, tal como había hecho en el encuentro con Obama, cuando advirtió que la sexta Cumbre de las Américas, que se celebrará este fin de semana en la ciudad colombiana de Cartagena, deberá ser la última sin la participación de la isla, y subrayó que ésta es una posición de consenso de los países latinoamericanos.
Reafirmamos y destacamo
s la solidaridad y apoyo de la mayoría de los países de nuestra región ante la actual provocación militar y política del gobierno conservador de Inglaterra. A través de estos gestos solidarios queda denunciada la posición colonialista del Reino Unido. Pero sobre todo se crea presión internacional en la vía de terminar, si es posible cuanto antes, con una situación colonial y que el archipiélago de Las Malvinas retorne a suelo patrio, es decir a nuestra hermana República de Argentina.
Estamos convencidos de que es preciso despertar un movimiento a favor de lo más hermoso y noble que reside en el ser humano: su capacidad de justicia, de solidaridad y de entrega. En nuestras manos está el promover toda acción positiva, estimular todo esfuerzo útil, toda conducta noble. Todo, y siempre con la libertad inherente al ser humano y al respecto incuestionable de sus derechos.
De ese reto nadie está exento, porque el Estado y sus funcionarios deben estar al servicio de la sociedad y del bien común. Todas las instituciones, asociaciones, confesiones religiosas y movimientos humanitarios, así como cada ciudadano, estamos obligados a construir una sociedad más justa, más libre, más digna en la que cada uno pueda expresarse para poder alcanzar la plenitud personal que es prenda de la felicidad a la que todos aspiramos. El desarrollo tecnológico, que debe servir al desarrollo equilibrado de los pueblos, ha puesto en nuestras manos instrumentos poderosos que amenazan con ahogar los avances de las ciencias y desvincularlas de la sabiduría sin la cual todo progreso acaba por esclavizar a los hombres y mujeres.
En la Centroamérica amplia, la ístmica e insular, tenemos el compromiso de poner nuestros ojos hacía el Sur, para que construyamos juntos una Latinoamérica más próspera y justa, CONSCIENTES DE QUE NO HAY POSIBILIDAD DE ALCANZAR EL DESARROLLO SIN INTEGRACIÓN.
Muchas gracias
Manolo Pichardo
Presidente del Parlamento Centroamericano
PARLACEN